lunes, 7 de diciembre de 2009

TAN JOVENES Y TAN VIEJOS


La nueva composición del parlamento deja abierto un interrogante a cerca su futuro funcionamiento.
Lo que pareció ser el comienzo de un juego coordinado por parte de la oposición, se fue desvaneciendo rápidamente para dejar traslucir las grietas que se avecinan y que, seguramente, serán la constante del funcionamiento.
El reclamo pregonado por los opositores en cuanto medio tuvieran a su alcance, referido a que el 28 de junio la ciudadanía los había bendecido con el 70 ciento de los votos, “razón” por lo cual, les correspondía no solo el control mayoritario de las comisiones de las cámaras, sino también, un reparto mas “igualitario” en lo que hace a sus autoridades, dejo al descubierto una serie de apetencias personales que no hacen mas que desnudar ciertos intereses sectoriales y personales.
Lo que parecía ser un acuerdo en cuanto a las autoridades de la cámara baja, a saber: Presidente Fellner del oficialismo, la Vicepresidencia primera para Alfonsín de la UCR, la segunda para Fadel, también del oficialismo y la tercera para Atanasoff del peronismo de derecha, amenazó con convertir a la sesión en un capítulo de Titanes en el Ring, a partir de la postura de Carrió que se negaba a aceptar que el oficialismo se hiciera con la presidencia y la segunda vicepresidencia.
“Vos arreglaste lo tuyo y ya no te importa mas nada” se dice que le habría disparado la representante de Dios y del grupo Clarín a Alfonsín junior.
La situación se fue tornando confusa y mas hablada que un partido de truco, y la resultante fue que no se logro avanzar en un acuerdo integral constituyendo así un peligroso precedente para el futuro. El afán de poder, un poder que la Carrió no obtuvo en las urnas y si en los medios de comunicación, pudo mas que la institucionalidad que tanto pregonan.
El reclamo opositor se basa en el siguiente “razonamiento”. Ellos, el oficialismo sacaron el 30 por ciento de los votos, ergo, nosotros los opositores, sacamos el 70 por ciento y por eso tenemos el derecho a imponer nuestras reglas de juego.
Dicho discurso se cae a pedazos rápidamente cuando se avanza en una evaluación de quien es quien en la oposición. Claramente Binner no es lo mismo que Macri o Duhalde y Sabatella no es lo mismo que Carrió o De Narváez.
Entonces vale preguntarnos: este el consenso pregonado hasta el cansancio por la oposición? Así es que se proponen gobernar el país en caso de arribar al poder? Pero también vale preguntarse: es posible arribar a consensos entre pensamientos tan disimiles y dispares.
A simple vista solo parece que la oposición esta reeditando viejos errores del pasado, y esta nueva composición y este nuevo pensamiento, no es mas que un resucite de caminos ya transitados.
Solo por hablar de los últimos 50 años aproximadamente, podemos recordar lo que fue la Unión Democrática antiperonista que derroco a Perón en el 55, viejos conservadores, patrones de estancia y fracciones de la izquierda unidos en su odio antipopular.
Más acá en el tiempo aun tenemos muy frescos los desatinos de la Alianza conformada para derrotar a Menem. Radicales, peronistas y sectores de izquierda que se unieron para derrotar al nefasto personaje llegado desde Anillaco, pero que no convergía en un interés común y se fue deshilachando hasta terminar en la eclosión de diciembre del 2001.
Es evidente que estamos ante la reaparición de una vieja costumbre argentina. La derecha unida con la izquierda, todo condimentado por el aporte infaltable de la iglesia, sectores industriales, banqueros y patrones de estancia.
No falta mucho (en realidad ya comenzó la Carrió) para que comiencen a volar los platos en la familia opositora, esperemos que esta vez los muertos no los aporte nuevamente el pueblo.
E.C.

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